jueves, 26 de junio de 2008

Patoterismo oficial.

A partir de los peores momentos que vivió el Gobierno durante su absurdo enfrentamiento con el campo, empezó a corporizarse la presencia y el protagonismo, junto a algunos funcionarios, de oscuros y fornidos personajes cuya función parece ser, además de la de custodiarlos, la de amedrentar, disuadir y también atacar a quienes se manifiestan en contra del Gobierno.

La noche del sábado 14, horas después de la breve detención del dirigente agropecuario Alfredo De Angeli en Gualeguaychú, ministros y secretarios de Estado, además del ex presidente Néstor Kirchner, ocuparon la Plaza de Mayo para expresar su apoyo a la jefa del Estado. Su arribo desplazó de la plaza a un incipiente grupo de manifestantes que proclamaban su apoyo al campo.

Uno de los hechos que más llamaron la atención aquella noche fue la presencia, en torno del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, de algunos de esos robustos personajes. Entre ellos, la prensa identificó y fotografió a Jorge "Acero" Cali, campeón mundial de kick boxing. Cali flanqueaba a Moreno mientras el secretario de Estado, que se hizo famoso por sus bravuconadas frente a empresarios en su vano afán por combatir la inflación, cantaba con el resto: "Gorila p..., vas a pagar las retenciones del gobierno popular". Cali también tuvo tiempo aquella noche para llegar a una de las veredas de la residencia presidencial de Olivos para dispersar a los vecinos que allí se habían congregado para expresarse en contra del Gobierno.

Pero en la Plaza de Mayo, además de Cali, rodeaban a Moreno otros "batatas", como se suele denominar a los forzudos que sirven de fuerza de choque a grupos políticos. Hernán Brahim, quien se desempeña en el Indec, feudo de Moreno, y Damián Comas, dirigente del gremio Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), estuvieron entre otros, junto al secretario de Comercio en la plaza. Más tarde, Brahim ayudó a dispersar a manifestantes frente a la quinta de Olivos. Brahim es uno de los imputados por el fiscal de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, en la causa donde se investiga la grosera manipulación del índice de inflación del Indec. Imputado con Abrahim en el mismo sumario está Ulises Valentín, un empleado que ingresó en el Indec tras el despido de los técnicos que se oponían a la manipulación de las estadísticas. A Valentín se lo vio en Olivos.

La prensa ha subrayado que entre quienes rodean a Moreno como integrantes de esta fuerza de choque paraestatal hay hombres que ya lo acompañaban cuando el actual funcionario estaba al frente de una unidad básica en la circunscripción 17a., cerca del barrio Las Cañitas. Esta gente habría actuado en el Mercado de Hacienda de Liniers y también en el Mercado Central, otro sitio donde Moreno hace ostentación de su poder. Hace más de diez años ese mercado se caracterizó, precisamente, por la agresividad de sus "batatas", de la que fue víctima un periodista.

La táctica de ganar la Plaza de Mayo a fuerza de violencia y prepotencia, e inspirando miedo se repitió días después mediante la ocupación de la plaza del Congreso con varias carpas de grupos oficialistas, algunos de cuyos integrantes agredieron a un funcionario del gobierno de la ciudad que quiso desalojarlos porque no contaban con la autorización pertinente.

Es por demás evidente que todas estas manifestaciones de patoterismo oficial cuentan, fozosamente, cuando menos con la aquiescencia de la Presidenta, pues Moreno integra el Poder Ejecutivo. La impudicia con que ha comenzado a mostrarse su fuerza de choque es señal de que, para el Gobierno, hay circunstancias en las que deben prevalecer el miedo y la prepotencia. La exhibición de esos personajes tal vez responda a esa lógica del más fuerte que más de una vez caracterizó al peronismo. Una lógica aberrante.