El mentiroso spot propagandístico que el gobierno del Matrimonio Kirchner dio a correr en los medios audiovisuales parece corto, pero dura 13 segundos, que en los programas exitosos del horario televisivo más caliente cotizan unos 40.000 pesos. Para una campaña intensiva con alta rotación en radio y televisión, tres ejecutivos de centrales de medios -las empresas que se dedican a comercializar espacios publicitarios-le dijeron a este periodista que hay que desembolsar no menos de un millón de pesos por día.
Los avisos de la propaganda oficial arrancaron el fin de semana e identificaron como "enemigos" (los "cuatro señores") a los dirigentes Eduardo Buzzi, Fernando Gioino, Luciano Miguens y Mario Llambías. Ayer a la tarde, tras el discurso de Cristina, comenzó a pasarse una versión del spot sin la cara de los ruralistas.
Braga asegura que la iniciativa de la actual campaña salió directamente de los despachos de Alberto Fernández y de Enrique Albistur, el secretario de Medios, sin la intervención de una agencia publicitaria importante. Leandro Raposo, el creativo estrella que participó en 2007 en la campaña de Cristina, asumió hace tres meses la dirección de la oficina española de McCann Erickson.
En 2007, el Poder Ejecutivo nacional invirtió 322.392.600 pesos en publicidad oficial, un 55 por ciento más que durante 2006, de acuerdo a la información proporcionada a la Asociación por los Derechos Civiles en el marco de su trabajo de monitoreo de la pauta publicitaria.
El control sobre estas estas cifras es mínimo. "Seguimos el tema hasta fines del año pasado, luego nos quedamos sin presupuesto para continuar", dice Laura Alonso, de la ONG Poder Ciudadano. "Y la comisión del Congreso que debe auditarlo casi no se reúne", agrega.
Más de la mitad del dinero gastado en propaganda política se va en pauta de TV, por lejos el espacio más caro, según un estudio realizado a principio de año por la central de medios Initiative. Mucho más barata es la campaña "no tradicional", vía correos electrónicos virales y mensajes de texto, a la que recurren tanto el Gobierno como el campo.
En una muestra de lo que se bautizó como "política 2.0", esta semana un grupo de "amigos de generación K" llama a "no aflojar, compañeros" y unirse a un grupo de Facebook, la red social de Internet.
En el mundo publicitario, las campañas políticas son un rubro mirado con desdén. Este periodista consultó a dos presidentes de agencias grandes sobre el tema. Ambos atendieron el celular en Cannes, Francia, donde por estos días se realiza el festival creativo más importante del año. Ninguno tenía "la menor idea" sobre el mensaje oficial.
Los avisos de la propaganda oficial arrancaron el fin de semana e identificaron como "enemigos" (los "cuatro señores") a los dirigentes Eduardo Buzzi, Fernando Gioino, Luciano Miguens y Mario Llambías. Ayer a la tarde, tras el discurso de Cristina, comenzó a pasarse una versión del spot sin la cara de los ruralistas.
Braga asegura que la iniciativa de la actual campaña salió directamente de los despachos de Alberto Fernández y de Enrique Albistur, el secretario de Medios, sin la intervención de una agencia publicitaria importante. Leandro Raposo, el creativo estrella que participó en 2007 en la campaña de Cristina, asumió hace tres meses la dirección de la oficina española de McCann Erickson.
En 2007, el Poder Ejecutivo nacional invirtió 322.392.600 pesos en publicidad oficial, un 55 por ciento más que durante 2006, de acuerdo a la información proporcionada a la Asociación por los Derechos Civiles en el marco de su trabajo de monitoreo de la pauta publicitaria.
El control sobre estas estas cifras es mínimo. "Seguimos el tema hasta fines del año pasado, luego nos quedamos sin presupuesto para continuar", dice Laura Alonso, de la ONG Poder Ciudadano. "Y la comisión del Congreso que debe auditarlo casi no se reúne", agrega.
Más de la mitad del dinero gastado en propaganda política se va en pauta de TV, por lejos el espacio más caro, según un estudio realizado a principio de año por la central de medios Initiative. Mucho más barata es la campaña "no tradicional", vía correos electrónicos virales y mensajes de texto, a la que recurren tanto el Gobierno como el campo.
En una muestra de lo que se bautizó como "política 2.0", esta semana un grupo de "amigos de generación K" llama a "no aflojar, compañeros" y unirse a un grupo de Facebook, la red social de Internet.
En el mundo publicitario, las campañas políticas son un rubro mirado con desdén. Este periodista consultó a dos presidentes de agencias grandes sobre el tema. Ambos atendieron el celular en Cannes, Francia, donde por estos días se realiza el festival creativo más importante del año. Ninguno tenía "la menor idea" sobre el mensaje oficial.