miércoles, 30 de abril de 2008

Las contradicciones de Hugo Chávez, un ejemplo para Néstor y Cristina Kirchner.

El canal Univisión lo entrevistó un día antes que ganara las elecciones en 1998; aseguró que no nacionalizaría empresas y que no buscaría la reelección

Un día antes de ganar las elecciones presidenciales de Venezuela en 1998, durante una entrevista transmitida por Univisión , uno de los canales hispanos más populares de Estados Unidos y perteneciente al egipcio Haim Saban, Hugo Chávez apuntó a varios temas que más tarde se volverían en su contra.



Con gran serenidad, el actual mandatario de Venezuela aseguró que en el hipotético caso de convertirse en el nuevo presidente de ese país no estatizaría ninguna empresa ni nacionalizaría ningún canal de televisión. Y por el contrario, atraería a los capitales internacionales y ayudaría a ampliar las señales de transmisión.

Chávez se terminó convirtiendo en esclavo de sus propias palabras, aquellas que pronunció en un encuentro cara a cara con el periodista local Jorge Ramos Avalos, co-conductor del noticiero de Univisión, el sábado 5 de diciembre de 1998.

"¿Usted está dispuesto a entregar el poder después de cinco años?", preguntó el periodista. "Claro que estoy dispuesto", respondió Chávez. "Yo he dicho que incluso antes, si por ejemplo, a los dos años yo soy un fiasco, un fracaso (…), yo estaría dispuesto a hacerlo", agregó.

La realidad fue otra. Casi como en un sube y baja, el líder caribeño sufrió diversas idas y venidas en el poder. Tras asumir por primera vez como presidente a principios de 1999, Chávez fue derrocado en abril de 2002 por un golpe de Estado.

Tan sólo 48 horas más tarde de haber sido alejado de su cargo presidencial, el ex militar reasumió el poder , pero iniciando un segundo mandato, el cual se extendió hasta comienzos del año último. En su discurso de asunción, señaló que podría quedarse hasta 2021.

Continuando con su rumbo hacia el "socialismo del siglo XXI", Hugo Chávez volvió a imponerse en los comicios presidenciales y consiguió su tercer mandato , en el cual, tras asumir prometió ampliar la nacionalización de empresas de servicios estratégicos.

Sin embargo, el 2 de diciembre último, el actual mandatario se vio frenado por los venezolanos, que votaron en contra de la reforma constitucional propuesta , mediante la cual buscaba luz verde para perpetuarse en el poder.

El periodista avanzó con preguntas acerca de cuál sería su postura frente a los medios de comunicación del país. Más precisamente, si nacionalizaría algún canal. La respuesta fue un "no" tajante. "Basta con el medio de comunicación que tiene el Estado, el canal 8 Venezolana de Televisión; hay que potenciarlo. Con los demás canales yo tengo la mejor relación y deben seguir siendo privados", asintió.

Luego llegó el polémico cierre del canal opositor Radio Caracas Televisión (RCTV), la emisora más popular del país a la cual el gobierno venezolano no le renovó la licencia, basta para remarcar los contrapuntos del mandatario en torno a esta cuestión. Además, poco menos de un año más tarde, Chávez ejerció una fuerte presión sobre la señal Globovisión, amenazándola con silenciarla y calificándola como una "enemiga del pueblo venezolano".

Rápidamente, después de esa respuesta, Ramos Avalos volvió a la carga, pero en esta oportunidad interrogando sobre la nacionalización de empresas privadas, lo que fue descartado por Chávez. "Incluso nosotros estamos dispuestos a darles facilidades [a las empresas privadas], aún más de las que hay, a los capitales privados internacionales, para que vengan aquí a invertir". "Yo no soy el diablo", se defendió.

Desde principios de 2007, Venezuela avanzó en la toma de control de proyectos en la industria petrolera, empresas del sector eléctrico y en el mayor grupo de telecomunicaciones del país. También hubo decisiones gubernamentales para intervenir en la industria cementera y el sector alimentario. El último caso es el de Sidor, la empresa con capitales argentinos que Venezuela intenta nacionalizar.

Al líder caribeño no le alcanzó con hacer promesas que más tarde incumpliría, sino que concluyó atacando el régimen de Fidel Castro en Cuba, tildándolo como una "dictadura".