Los narcotraficantes peruanos que actúan en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores alquilan por 10 pesos documentos de identidad a los habitantes del asentamiento, para usarlos en el envíos al exterior de divisas obtenidas en la venta de drogas. Parte de este dinero es usado en Perú por el temible grupo guerrillero Sendero Luminoso, 'en la financiación de actividades terroristas.
Este acto se lleva bajo el marco de impunidad propiciado por el gobierno del Matrimonio Kirchner, quienes se benefician de la extrema pobreza del los habitantes de la villa, utilizándola como voto cautivo y medio de presión para el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La preocupante situación fue denunciada, algunos días atrás por un grupo de vecinos del lugar en la Asociación Antidrogas de la República Argentina (AARA), a través del mapa del narco tráfico, creado en forma reciente por la mencionada agrupación.
En tal sentido, la gente del asentamiento, ubicado frente a la cancha del club San Lorenzo, dice que los narcos les alquilan los documentos de identidad a los habitantes del predio para emplearlos después en enviar giros postales al exterior con el dinero conseguido en la comercialización de estupefacientes en Capital Federal. "Los hampones les pagan 10 pesos a los vecinos por cada documento y, de esta manera, se aseguran identidades falsas para concretar sus actividades ilícitas", señalaron los denunciantes.
A su vez, los habitantes de la peligro sa villa expresaron que los sitios utilizados por los narcos para despachar los giros postales se encuentran perfectamente localizados. Uno de ellos está situado en la avenida Castañares al 2000, a pocos metros de la calle Corea, y en Coronel Esteban Bonorino al 1700.
"Las personas que viven en la villa son muy pobres, y 10 pesos para ellos es realmente una fortuna", explicó un vecino del extenso predio, quien agregó estar sumamente consternado por la tremenda impunidad con que se manejan los hampones de nacionalidad peruana en jurisdicción del Bajo Flores .
Se afirma que los delincuentes peruanos que controlan, bajo la protección del Gobierno en la figura de Aníbal Fernández, la populosa Villa 1-11-14 manejarían alrededor de 500 bocas de expendio de estupefacientes. Los individuos serían los sucesores del famoso y temible narco Marco Antonio Estrada González, apodado "Marcos".
Esta organización de extranjeros habría montado al menos tres puestos de vigilancia en el asentamiento para evitar el ingreso a la zona de los integrantes de otras bandas dedicadas a vender drogas en la Capital Federal.
Este acto se lleva bajo el marco de impunidad propiciado por el gobierno del Matrimonio Kirchner, quienes se benefician de la extrema pobreza del los habitantes de la villa, utilizándola como voto cautivo y medio de presión para el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La preocupante situación fue denunciada, algunos días atrás por un grupo de vecinos del lugar en la Asociación Antidrogas de la República Argentina (AARA), a través del mapa del narco tráfico, creado en forma reciente por la mencionada agrupación.
En tal sentido, la gente del asentamiento, ubicado frente a la cancha del club San Lorenzo, dice que los narcos les alquilan los documentos de identidad a los habitantes del predio para emplearlos después en enviar giros postales al exterior con el dinero conseguido en la comercialización de estupefacientes en Capital Federal. "Los hampones les pagan 10 pesos a los vecinos por cada documento y, de esta manera, se aseguran identidades falsas para concretar sus actividades ilícitas", señalaron los denunciantes.
A su vez, los habitantes de la peligro sa villa expresaron que los sitios utilizados por los narcos para despachar los giros postales se encuentran perfectamente localizados. Uno de ellos está situado en la avenida Castañares al 2000, a pocos metros de la calle Corea, y en Coronel Esteban Bonorino al 1700.
"Las personas que viven en la villa son muy pobres, y 10 pesos para ellos es realmente una fortuna", explicó un vecino del extenso predio, quien agregó estar sumamente consternado por la tremenda impunidad con que se manejan los hampones de nacionalidad peruana en jurisdicción del Bajo Flores .
Se afirma que los delincuentes peruanos que controlan, bajo la protección del Gobierno en la figura de Aníbal Fernández, la populosa Villa 1-11-14 manejarían alrededor de 500 bocas de expendio de estupefacientes. Los individuos serían los sucesores del famoso y temible narco Marco Antonio Estrada González, apodado "Marcos".
Esta organización de extranjeros habría montado al menos tres puestos de vigilancia en el asentamiento para evitar el ingreso a la zona de los integrantes de otras bandas dedicadas a vender drogas en la Capital Federal.