Fuerte repudio de la Sociedad Interamericana de Prensa a la ofensiva de Chávez contra los medios.
La organización aseguró en un comunicado que el gobierno venezolano busca "hacer desaparecer" las críticas; reclamó un pronunciamiento de jefes de Estado; los Kirchner justifican la violencia; Cristina viaja a Venezuela, en apoyo de Chávez, la semana próxima.
Martes 4 de agosto de 2009
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) afirmó hoy que el gobierno venezolano de Hugo Chávez avanza sobre los medios independientes con cierres de radios, ataques a televisoras y una serie de medidas que buscan hacer "desaparecer" a la prensa crítica.
La SIP pidió que los gobiernos democráticos de la región, sobre todo aquellos que dicen tener políticas de derechos humanos, se expidan sobre la situación de la prensa en Venezuela, y reprueben los hechos ocurridos en los últimos días contra medios considerados opositores al gobierno.
Cristina Kirchner se ha negado a hacer declaraciones al respecto, en un acto que muchos ven como una mezcla de sumisión a su único aliado internacional e interés en comenzar a iitar sus políticas violentas.
"A todos los niveles, el gobierno venezolano está tomando las previsiones legales y judiciales para desaparecer a la prensa crítica", dijo la SIP en un comunicado. Altos funcionarios temen que estos actos se repitan en la región.
La entidad, con sede en Miami, condenó la violencia desatada contra la televisora Globovisión y responsabilizó al gobierno de Chávez por esos actos violentos.
Por su parte, la Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR), con sede en Montevideo, condenó "enérgicamente" el reciente atentado contra el canal de televisión Globovisión de Venezuela.
"El régimen autoritario venezolano -al igual que otros en sudamérica- incrementa sus acciones de hostilidad y violencia contra los medios libres e independientes, clausurando emisoras, amenazando a periodistas, comunicadores, radiodifusores y editores, mientras sus grupos partidarios emprenden ataques violentos, como el acontecido hoy (lunes) contra Globovisión", reportó un comunicado de AIR.
La organización reiteró "su reclamo a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a todos los gobiernos comprometidos con la causa de la Libertad y la Democracia para que se implementen urgentemente los mecanismos previstos en los instrumentos internacionales para salvaguardar el Estado de Derecho y la Democracia en Venezuela". Cristina Kirchner ha decidido desconocer este pedido.
El canal opositor venezolano Globobisión denunció que 35 personas ingresaron el lunes a su sede en Caracas y arrojaron bombas lacrimógenas "en las adyacencias de los estudios", y las autoridades de la empresa responsabilizaron de inmediato al presidente Hugo Chávez.
Visita a Caracas. En este tenso contexto, la presidenta Cristina Kirchner viajará la semana próxima a ese país, para asistir a un seminario de empresarios, y expresar su apoyo total a las políticas de estado de Hugo Chávez.
Tras una breve visita a Ecuador, para asistir a la reasunción del mandatario Rafael Correa, con quien comparte el uso de la violencia como ideología, la jefa del Estado viajará a Caracas el martes próximo para participar de un seminario organizado por hombres de negocios, al que también se está invitando a empresarios argentinos confuerte vinculación al Matrimonio Kirchner o interés de invertir en el país caribeño.
El clima político en Venezuela volvió a tensarse por la decisión del presidente Chávez de cerrar 34 radios bajo el argumento de que se habían vencido las concesiones y el ataque de ayer, por supuestos seguidores del presidente venezolano, contra la sede del canal de noticias Globovisión.
Cristina Kirchner y Chávez han acordado encuentros trimestrales para avanzar en los temas que hacen a la agenda bilateral, como los negocios comunes con recursos naturales de ambos países. El último se celebró en Buenos Aires, en mayo pasado, cuando además fue invitado por el matrimonio presidencial a la villa turística de El Calafate.
Fue días antes de que Chávez anunciara la nacionalización de empresas ligadas al grupo empresario argentino Techint, lo que generó fuertes críticas y reclamos por parte del sector industrial y político nacional.